En un giro dramático de los acontecimientos, Robert Robertson, quien fue condenado a muerte en 2003 por la muerte de su hija de dos años, escapó por poco de la ejecución solo 90 minutos antes de que se llevara a cabo la sentencia. El caso, basado en el controvertido diagnóstico de «Síndrome del Bebé Sacudido», está ahora bajo un nuevo escrutinio, revelando potencialmente que Robertson puede no haber sido responsable de la trágica muerte de su hija después de todo.
Un Indulto de Último Minuto
La ejecución estaba programada para las 6:00 PM, hora local en Texas, el jueves. Sin embargo, solo una hora y media antes de su muerte, un juez del Condado de Travis emitió una orden de restricción temporal, otorgando a Robertson la oportunidad de testificar en una audiencia próxima programada para la semana siguiente. Según informes de BBC News, esta decisión fue provocada por una reciente citación emitida por la Cámara de Representantes de Texas, que requería la presencia de Robertson en una audiencia el 21 de octubre.
Este movimiento legal ha pospuesto, por ahora, la ejecución de Robertson, dándole una oportunidad en un caso que ha atraído una atención generalizada y apelaciones de expertos médicos, profesionales legales y figuras prominentes, incluido el autor más vendido John Grisham.
Una Condena Controvertida
En 2003, Robertson fue condenado y sentenciado a muerte por supuestamente causar la muerte de su hija al agitarla violentamente. El caso se basó en la evidencia médica disponible en ese momento, que concluyó que la niña de dos años había muerto por trauma craneal, consistente con el «Síndrome del Bebé Sacudido» (SBS). La autopsia apuntó a moretones en la cabeza, hinchazón cerebral y hemorragias retinianas como prueba de abuso infantil fatal.
Sin embargo, desde entonces, el equipo de defensa de Robertson ha argumentado consistentemente que la niña murió debido a complicaciones de la medicación para la neumonía, que desde entonces ha sido considerada inadecuada para su uso en niños debido a efectos secundarios severos. Robertson, quien mantiene su inocencia, testificó que su hija se había caído de la cama el 31 de enero de 2002, y la llevó al hospital cuando dejó de respirar horas después.
Ciencia Obsoleta en el Corazón del Debate
Un colectivo de 86 legisladores de Texas, expertos médicos, científicos y figuras públicas han apelado para que se conmute la sentencia de Robertson, citando evidencia científica obsoleta utilizada en el juicio original. Argumentan que la comprensión del Síndrome del Bebé Sacudido ha evolucionado significativamente en las últimas dos décadas, y que muchos de los hallazgos médicos utilizados para condenar a Robertson ahora se consideran poco fiables.
El grupo sostiene que la ciencia moderna ya no vincula de manera definitiva la hinchazón cerebral, las hemorragias retinianas y los moretones con el sacudimiento intencional, lo que pone en duda el diagnóstico original. Además, los abogados de Robertson revelaron que no había sido diagnosticado con autismo en el momento del juicio, una condición que podría haber afectado su comportamiento e interacciones con las autoridades.
La Fiscalía Resiste
A pesar de la suspensión de la ejecución, el Fiscal General de Texas ya ha presentado una apelación contra la orden de restricción temporal, buscando restablecer la ejecución. Esta maniobra legal indica que el estado aún no está dispuesto a ceder, incluso frente a la creciente evidencia y la presión pública.
¿Qué Sucedió Realmente?
Robertson ha afirmado constantemente que la muerte de su hija fue accidental, indicando que se cayó de la cama. Sin embargo, la gravedad de sus lesiones despertó sospechas inmediatas entre los profesionales médicos, quienes notaron moretones, hinchazón y sangrado detrás de sus ojos. Estos síntomas, en ese momento, se consideraron signos clásicos de abuso, lo que llevó a su condena.
No obstante, el equipo de defensa de Robertson sostiene con firmeza que el verdadero culpable podría haber sido el medicamento recetado para la neumonía, que desde entonces se ha identificado como potencialmente peligroso para los niños. En el momento del juicio, esta posibilidad no recibió la atención adecuada, y ahora es un punto focal de los esfuerzos de la defensa para anular la sentencia de muerte.
El Futuro del Caso
Con una nueva audiencia programada para la próxima semana, el futuro de Robertson está en la balanza. El caso destaca las complejidades que rodean los diagnósticos del Síndrome del Bebé Sacudido y las consecuencias potencialmente devastadoras de la ciencia médica obsoleta en el sistema legal. Por ahora, Robertson sigue vivo, su ejecución pospuesta, mientras el tribunal considera si la nueva evidencia le otorgará la justicia que afirma le ha sido negada durante tanto tiempo.