El presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy está impulsando un «plan de victoria» de alto riesgo diseñado para sentar las bases para la paz con Rusia. Previsto para presentar la ambiciosa estrategia a los legisladores ucranianos el miércoles, el plan de Zelenskyy enfrenta una recepción tibia tras una gira europea donde los líderes occidentales se abstuvieron de respaldar sus propuestas.
El “plan de victoria”, destinado a fortalecer la posición de Ucrania en futuras negociaciones, exige la membresía de Ucrania en la OTAN, el visto bueno para usar armamento de largo alcance occidental dentro de las fronteras rusas, un apoyo defensivo reforzado y sanciones más estrictas contra Rusia. Zelenskyy ha subrayado la urgencia, presionando a los aliados para que apoyen el plan en un plazo de tres meses, un cronograma que algunos líderes europeos consideran ambicioso.
La gira de Zelenskyy por Occidente y su presentación inicial al presidente de EE. UU., Joe Biden, arrojaron poco compromiso público, especialmente dado que el candidato presidencial de EE. UU. 2024, Donald Trump, indicó que recortaría o incluso detendría la ayuda a Ucrania si es elegido. La presentación estratégica ante el Parlamento ucraniano y el Consejo Europeo esta semana se produce mientras Ucrania enfrenta los continuos avances rusos en el Este y lucha con recursos limitados.
La reunión del Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania, pospuesta y que inicialmente estaba programada para la Base Aérea de Ramstein, ha dejado a Kyiv esperando una mayor claridad sobre el apoyo occidental. A medida que Zelenskyy continúa presionando por alianzas más fuertes, la pregunta persiste: ¿responderán las naciones occidentales al llamado, o Ucrania tendrá que enfrentarse sola en su lucha por la seguridad y la soberanía?