El fuerte de Seat y Cupra, Wayne Griffiths, está preocupado por el estado actual de la industria automotriz y ha advertido una vez más sobre las dificultades del sector que podrían intensificarse con la llegada de nuevas regulaciones europeas.
En un mensaje publicado recientemente en LinkedIn, Wayne Griffiths nos recuerda que la “industria automotriz está en riesgo. Y también lo está Seat SA”.
“Los resultados que acabamos de presentar son solo un primer ejemplo del riesgo que enfrentamos. La baja demanda de coches eléctricos, combinada con la falta de compromiso por parte de los representantes políticos para promover políticas de concienciación, incentivos fiscales e infraestructura de carga, ha resultado en que solo el 13% de los coches vendidos en Europa este año sean eléctricos. Y en España, apenas alcanzamos el 5%”, escribe Wayne Griffiths en su mensaje.
El fuerte de las marcas españolas del Grupo VW aún no comprende la imposición por parte de la Unión Europea de aranceles a sus vehículos, como el Tavascan, que son fabricados en China, ya que esto podría poner en peligro la capacidad de Seat para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones europeos.
“El impacto que estas políticas podrían tener en la producción industrial está siendo ignorado. Una reducción en los volúmenes del Cupra Tavascan pondría en peligro la capacidad de Seat SA para cumplir con los objetivos de reducción de CO2 en Europa, enfrentándose a multas inmanejables. Esto significaría la necesidad de recortar una cuarta parte de la producción planificada de vehículos de combustión en Martorell,” nos recordó Griffiths.
A pesar de las incertidumbres que rodean el compromiso con la movilidad eléctrica, el CEO de Seat y Cupra no tiene dudas sobre el camino a seguir. “Seguimos y seguiremos invirtiendo en la electrificación de nuestra empresa. No hay un plan B. Sin embargo, la competitividad de la industria está seriamente comprometida, no solo por la carga del absentismo – que ha aumentado un 40% desde 2018 – sino también por la falta de una política que promueva y facilite el acceso a energías renovables a precios competitivos, lo que también pone en riesgo nuevos proyectos. No podemos olvidar que todos estos factores se traducen en una pérdida de estabilidad financiera para la empresa y, en consecuencia, un riesgo significativo para el empleo. Estamos en riesgo de perder el 10% del PIB de nuestro país y más de dos millones de empleos. Necesitamos soluciones ahora,” concluye Wayne Griffiths.