Es el momento que los aficionados de los Warriors han estado temiendo y anticipando por igual: el primer juego de Klay Thompson de regreso en el Chase Center, pero esta vez, no con la camiseta de los Warriors. Después de 11 años siendo un ícono del Área de la Bahía, Klay se enfrentará a su antiguo equipo con un nuevo uniforme, marcando un regreso emocional que seguramente despertará nostalgia entre los aficionados y sus excompañeros de equipo.
Para Stephen Curry, la reunión trae una avalancha de emociones. Justo después de una victoria de los Warriors, Curry no pudo evitar la pregunta que todos tenían en mente. Su respuesta sincera mostró cuán profunda es realmente la conexión de los “Splash Brothers”. “No me hagas eso… No estoy listo para esto, hombre. Va a ser mucho por lo que esperar. Estoy emocionado de verlo,” dijo Curry, sonando como el amigo que está a punto de enfrentarse a su hermano de baloncesto en lados opuestos de la cancha por primera vez.
¿Pero Klay? Siempre estoico, tuvo una respuesta mucho más medida. Sin inmutarse, desestimó el elemento emocional, llamándolo “solo otro juego de temporada regular en noviembre.” Para Klay, el enfoque está en la recién introducida Copa de la NBA—algo por lo que está ansioso por competir, especialmente porque es un nuevo desafío del que aún no ha formado parte.
Luego vino la sorpresa: Klay bromeó al admitir que podría compartir algunas de las estrategias internas de los Warriors. “Probablemente compartiré mi conocimiento sobre mis compañeros de equipo y entrenadores e intentaré hacerlo bien,” bromeó, insinuando su familiaridad con el libro de jugadas de los Dubs. Los aficionados saben que a Klay le encantan los juegos mentales, pero esta broma añade un toque inesperado al enfrentamiento.
Esta reunión de los “Splash Brothers” estará llena de emociones encontradas para todos en el Chase Center. Ya sea la emoción agridulce de Steph o la confianza tranquila de Klay, una cosa es segura: los aficionados están a punto de vivir una noche memorable mientras ven chocar a dos íconos, con la lealtad de la Bahía dividida justo por la mitad.