La alineación de Kim Jong-un con Vladimir Putin en el conflicto de Ucrania está generando serias preocupaciones sobre lo que Pyongyang podría obtener a cambio. Imágenes borrosas que supuestamente muestran a soldados norcoreanos llegando a bases rusas han enviado ondas de choque a través de la comunidad internacional, con más de 10,000 tropas que potencialmente se unirían a la lucha de Rusia en Ucrania. Funcionarios de Corea del Sur y de EE. UU. están en alerta máxima, temiendo que el precio que pida Corea del Norte incluya no solo hardware militar, sino también tecnología para avanzar en su programa nuclear.
El acuerdo eleva las alarmas de seguridad global, ya que la entrada de Corea del Norte en el conflicto podría llevar a concesiones sin precedentes por parte de Rusia, profundizando los lazos militares y desestabilizando los esfuerzos internacionales para limitar la proliferación nuclear. El objetivo de larga data de Pyongyang de mejorar su arsenal nuclear ahora parece peligrosamente al alcance, con expertos advirtiendo que esta alianza podría marcar un punto de inflexión significativo, amplificando la amenaza no solo para la península coreana, sino para la estabilidad mundial en general.