Imagina esto: Estás en la mesa de operaciones, declarado con muerte cerebral, y los cirujanos están a punto de comenzar a cosechar tus órganos. De repente, te despiertas. Suena como una escena de una película de terror, ¿verdad? Pero para Thomas ‘TJ’ Hoover II, esta pesadilla era muy real.
En un giro impactante de los acontecimientos, Hoover, de 36 años, que había sido llevado de urgencia a un hospital de Kentucky tras una sobredosis y declarado con muerte cerebral, comenzó a agitarse en la mesa mientras los médicos se preparaban para extraer sus órganos. “Estaba llorando, moviéndose”, relató un testigo. “Era como si nos estuviera diciendo, ‘¡Hey, todavía estoy aquí!’”
Su hermana, Donna Rhorer, temió que algo no estaba bien cuando lo vio abrir los ojos mientras lo llevaban a la sala de operaciones. Su preocupación fue desestimada como un simple reflejo, pero momentos después, la pesadilla se volvió innegable. “Esa es la peor pesadilla de todos, ¿verdad? ¿Estar vivo mientras te están abriendo?” dijo Nyckoletta Martin, una exempleada de donación de órganos, horrorizada por lo que presenció.
¿El caos que siguió? Cirujanos pidiendo refuerzos, personal renunciando angustiado y la recuperación de órganos siendo cancelada abruptamente. Martin, ahora una informante, ha revelado este aterrador incidente, mientras que las organizaciones de donación de órganos y el hospital niegan cualquier irregularidad. «KODA no recoge órganos de pacientes vivos», insisten.
Sin embargo, la inquietante pregunta sigue en pie: ¿Podría volver a suceder? Hoover, ahora lidiando con pérdida de memoria y problemas de movilidad, queda bajo el cuidado de su hermana, mientras las investigaciones sobre este escalofriante caso continúan. Para su familia, la confianza en el sistema está destrozada: “Están jugando a ser Dios”, afirma su hermana.
Este escalofriante relato nos deja a todos preguntándonos: ¿qué tan seguro es la donación de órganos?