En un giro sorprendente para uno de los casos más infames de Estados Unidos, Erik Menendez, quien, junto con su hermano Lyle, ha pasado más de tres décadas tras las rejas por los asesinatos de sus padres en 1989, habla de su transformación como figura paterna en una poderosa nueva carta. El Fiscal de Distrito de Los Ángeles, George Gascon, presentó recientemente una moción recomendando que ambos hermanos sean re-sentenciados y potencialmente liberados, citando sus vidas reformadas en prisión y el trauma que supuestamente soportaron en su juventud.
Erik, ahora de 53 años, se abrió en la carta sobre encontrar propósito durante su tiempo en prisión. “Hoy, encuentro mi valor en los intercambios de bondad que tengo con los demás, en vivir como un esposo y padre cariñoso y amoroso,” escribió. Casado tras las rejas en 1999 con Tammi Menendez, Erik ha actuado como padre de su hija, Talia, ahora de 29 años, quien perdió a su padre biológico por suicidio cuando era un bebé. Aunque Erik nunca ha salido de prisión, Talia lo considera su “verdadero papá” y ha sido una defensora vocal de su liberación, describiendo recuerdos atesorados de visitarlo y compartir sesiones de tarea tras las rejas.
Los hermanos Menendez, que tenían solo 18 y 21 años cuando mataron a sus padres, afirman que años de abuso por parte de su padre los llevaron al acto horrible. Su caso cautivó a la nación, ya que surgieron detalles de supuesta molestia y violencia durante su juicio altamente publicitado. La moción de 57 páginas de Gascon sostiene que estas circunstancias y los esfuerzos sostenidos de los hermanos hacia la auto-rehabilitación justifican su liberación. Los simpatizantes, incluidos casi 30 miembros de la familia, estaban presentes cuando Gascon anunció su recomendación, con Talia describiendo el día como “profundamente significativo” para su familia.
El argumento de Gascon se centra en la conducta de los hermanos Menendez a lo largo de los años, retratándolos como internos ejemplares que han dedicado sus vidas al crecimiento personal y al apoyo de los demás. La carta de Erik refleja este viaje, describiendo sus luchas para “reconstruir” su vida y reevaluar su sentido de propósito. “Tuve que reformular mi comprensión del éxito y reevaluar lo que significa vivir una vida de verdadero propósito”, compartió. El historial de infracciones de Erik es mínimo, con solo unos pocos incidentes menores en 34 años, lo que refuerza aún más su caso para la libertad condicional.
La carta de Lyle Menendez también destaca su compromiso de ayudar a otros en prisión, particularmente a sobrevivientes de abuso. “La publicidad sin precedentes que rodeó el caso y mis propias confesiones como sobreviviente de abuso sexual provocaron un torrente de comunicación con otras víctimas en todo el mundo”, escribió. Lyle relató miles de horas dedicadas a conectar con sobrevivientes, utilizando su experiencia para ofrecer un “lugar seguro” para que otros internos compartieran sus historias. Al igual que su hermano, el historial de Lyle es en gran parte limpio, con Gascon señalando que nunca ha estado en una pelea e incluso solicitó ser trasladado a una sección de “necesidades especiales” después de negarse a retaliar cuando fue atacado.
Bajo la ley de California, aquellos que cometieron sus crímenes antes de los 26 años tienen derecho a una consideración de libertad condicional después de 25 años, siempre que no estén cumpliendo cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Dada su edad en ese momento, la presentación de Gascon argumenta que los hermanos Menendez cumplen con estos criterios y deberían ser elegibles de inmediato para la consideración de libertad condicional. Si bien un juez tomará la decisión final, los familiares de los hermanos son optimistas, alentados por la recomendación del fiscal de distrito y los años de crecimiento demostrado tras las rejas.
Este notable giro en la historia de los Menendez está lejos de haber terminado, ya que el público y los miembros de la familia esperan la decisión final del tribunal. Pero para Talia y otros partidarios, la posibilidad de que Erik y Lyle salgan libres después de décadas de reflexión y reforma marca un momento tan esperado — uno que finalmente podría permitir a los hermanos Menendez dejar atrás su violento pasado.