Charles Leclerc tuvo las manos ocupadas con su Ferrari mientras calificaba en cuarto lugar para el Gran Premio de la Ciudad de México, luchando con un ajuste de baja carga aerodinámica que le dejó con dificultades para mantener el ritmo con su compañero de equipo Carlos Sainz, quien logró la pole. En una sesión que mostró la velocidad de Ferrari pero también su imprevisibilidad, Leclerc terminó a 0.319 segundos detrás de Sainz, incapaz de igualar la ventaja de su compañero en el último sector retorcido del Autódromo Hermanos Rodríguez.
“[Estoy] decepcionado, pero no sorprendido,” admitió Leclerc, revelando a los medios que ha estado lidiando con problemas de configuración desde la segunda sesión de prácticas libres. El piloto monegasco entregó una vuelta sólida en Q3, solo para ver cómo su esfuerzo se desmoronaba después de un desliz en la Curva 10 que lo obligó a aflojar justo cuando más necesitaba precisión. “La vuelta iba muy bien hasta la Curva 10,” explicó, “pero tuve que asumir esos riesgos solo porque no tenía el ritmo.”
Las palabras de Leclerc subrayan el desafío del circuito de alta altitud del GP de la Ciudad de México, donde la baja carga aerodinámica y los niveles de agarre limitados amplifican cualquier pequeña equivocación. La altitud en la Ciudad de México impone demandas únicas tanto a los pilotos como a las máquinas, con Ferrari enfrentando las mismas luchas de agarre que se ven en lugares como Mónaco y Monza. Para Leclerc, la situación requiere un acto de equilibrio entre agresividad y control, una mentalidad que ha tenido que adoptar en circuitos donde presionar demasiado puede resultar contraproducente rápidamente.
“Tengo que pensar mucho más para completar una vuelta,” comentó Leclerc, enfatizando la dificultad de contener su instinto natural de llevarlo al límite. “Deslizas mucho solo porque hay muy poco agarre,” añadió, describiendo el delicado equilibrio requerido en la superficie implacable de México. Sin embargo, Leclerc se mantiene optimista de que el fuerte ritmo de carrera de Ferrari le ayudará a abrirse camino en la carrera, especialmente ya que su coche tiende a rendir de manera más consistente en condiciones de carrera que en clasificación.
Mirando hacia el Gran Premio, Leclerc trazó paralelismos con su fuerte actuación en el GP de EE. UU. una semana antes, donde avanzó del cuarto lugar en la parrilla para liderar y finalmente ganar. Sin embargo, reconoció que esta pista presenta desafíos únicos. “McLaren ha ganado mucho ritmo en comparación con [el viernes],” dijo Leclerc, señalando las mejoras realizadas por sus competidores y la incógnita del ritmo de carrera de Max Verstappen, ya que el piloto de Red Bull no mostró su verdadero potencial durante los entrenamientos. Las exigencias del circuito mexicano sobre los motores y los sistemas de refrigeración también añaden una capa de complejidad, dificultando los adelantamientos.
Con la parrilla establecida y la confianza de Ferrari reforzada por actuaciones recientes, Leclerc tiene la vista puesta en un fuerte inicio que podría colocarlo en la contienda por la victoria. “Si hacemos un buen inicio como la semana pasada, entonces todo es posible,” dijo con un tono decidido, preparado para aprovechar las oportunidades si se presentan. Los desafíos de baja carga aerodinámica, altitud y feroz competencia lo pondrán a prueba, pero Leclerc está listo para luchar por cada centímetro en México.