En un nuevo giro del ciclo electoral de 2024, un grupo de hackers vinculado a Irán conocido como “Robert” ha logrado filtrar correos electrónicos sensibles de la campaña del equipo de Donald Trump. Los correos, ahora publicados en plataformas como Substack y American Muckrakers PAC, ofrecen una rara visión de las comunicaciones internas de Trump y subrayan los riesgos de interferencia extranjera que han plagado las elecciones en EE. UU. en los últimos años.
La agencia de espionaje de Corea del Sur rastreó por primera vez las actividades de hacking en mayo y junio, cuando el grupo iraní, supuestamente trabajando con la fuerza paramilitar Basij de Irán, infiltró múltiples cuentas de la campaña de Trump. Usaron correos electrónicos falsos de AOL bajo el alias «Robert», contactando a importantes medios de comunicación como Politico, The Washington Post y The New York Times, aunque las filtraciones iniciales no lograron atraer la cobertura de los medios tradicionales.
Después de múltiples intentos de hacer públicos los documentos, los hackers recurrieron a plataformas más pequeñas como American Muckrakers, conocidas por exponer figuras republicanas controvertidas. David Wheeler, director de American Muckrakers, confirmó la autenticidad de los documentos, afirmando que su intención era “exponer cuán desesperada está la campaña de Trump por intentar ganar”, aunque se negó a comentar sobre el origen de los documentos.
Un correo filtrado de octubre muestra al equipo de Trump estratégicamente discutiendo con aliados sobre las respuestas a controversias de alto perfil, incluyendo su evaluación de posibles candidatos a la vicepresidencia JD Vance y Marco Rubio. Esto se produjo junto con un nuevo aumento en archivos filtrados que discutían las carreras estatales donde los candidatos respaldados por Trump enfrentaban un creciente escrutinio.
A medida que el FBI advierte a los periodistas sobre la interacción con el grupo iraní, “Robert” ha continuado expandiendo sus filtraciones, desafiando las acusaciones de interferencia extranjera. El campamento de Trump ha calificado los hackeos como un intento de “sembrar el caos”, señalando las amenazas que Irán ha representado desde el asesinato del general iraní Qassem Soleimani en EE. UU. en 2020. En un comunicado, la misión de Irán ante la ONU desestimó las acusaciones como “infundadas”, pero el Departamento de Justicia de EE. UU. y los funcionarios de inteligencia continúan investigando la posible implicación de Teherán.
Con el Día de las Elecciones a la vista, la creciente influencia de actores extranjeros como Irán plantea un desafío sin precedentes: ¿impactarán estas filtraciones en la opinión pública, o el electorado estadounidense ve esto como otro ciclo electoral marcado por la interferencia internacional?