Karim Khan, el fiscal jefe de la Corte Penal Internacional (CPI), ha desatado una controversia global al solicitar una orden de arresto sin precedentes contra el Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu. Esta es la primera vez que la CPI ha apuntado a un líder de un aliado cercano de Occidente, provocando la indignación del presidente Joe Biden. La orden de arresto llega en medio de afirmaciones de que el Mossad, la agencia de inteligencia de Israel, ha librado una «guerra» secreta de nueve años contra la CPI, supuestamente interceptando comunicaciones de Khan y otros funcionarios. Los funcionarios israelíes han negado estas acusaciones.
Khan, quien ha enfrentado un escrutinio significativo desde que asumió su cargo hace tres años, reconoció las amenazas y ataques que él y su familia han recibido, intensificando aún más las tensiones en torno a sus acciones. Nacido de madre británica y padre paquistaní, el ascenso de Khan en el derecho internacional ha estado marcado por su defensa de figuras controvertidas como Charles Taylor y William Ruto. A pesar de contar con el respaldo del Reino Unido para su posición en la CPI, su decisión de perseguir a Netanyahu ha encendido una tormenta.
Los jueces de la CPI aún deben aprobar las órdenes para Netanyahu y el ministro de defensa israelí Yoav Gallant. Si se aprueban, cualquiera de las 124 naciones que son parte del tratado de la CPI, incluido el Reino Unido, estaría obligada a arrestar a Netanyahu si ingresara a su territorio. Sin embargo, EE. UU. no es signatario de la CPI, y Israel se ha opuesto ferozmente a la jurisdicción del tribunal.