A medida que Hungría continúa bloqueando 6 mil millones de euros en ayuda de la UE para Ucrania, Alemania y Francia han expresado dudas sobre una propuesta para eludir el veto de Budapest, temiendo que esto podría fracturar el marco de política exterior de la UE. El plan, presentado por el Servicio Europeo de Acción Exterior, sugiere permitir contribuciones voluntarias de los estados miembros para financiar la defensa de Ucrania. Sin embargo, Berlín y París temen que esta solución alternativa podría socavar el Mecanismo Europeo de Paz (EPF), un mecanismo clave para el apoyo coordinado de la UE.
El Primer Ministro húngaro Viktor Orban, quien frecuentemente se ha alineado con Moscú, ha obstaculizado múltiples iniciativas de la UE sobre Ucrania, generando frustración entre los aliados. Sin embargo, eludir el veto de Hungría plantea complicaciones, ya que la ayuda voluntaria requeriría aprobación parlamentaria en ciertos países, lo que podría retrasar la ayuda y sentar un precedente para eludir el consenso de la UE en política exterior.
La resistencia de Alemania y Francia revela el precario equilibrio de la UE entre apoyar la defensa de Ucrania y mantener la unidad dentro de sus filas. Mientras que algunas naciones apoyan a Ucrania a través de ayuda directa o respaldada por la OTAN, el enfoque diplomático de la UE—que requiere consenso total—ahora enfrenta una presión significativa. A medida que la UE se esfuerza por cumplir con sus compromisos hacia Ucrania, el debate destaca las divisiones crecientes dentro del bloque, planteando preguntas sobre la sostenibilidad de una política exterior europea unificada en tiempos de crisis.