No Grande Prêmio da Áustria, Max Verstappen y Lando Norris se vieron envueltos en una intensa batalla en la vuelta 64. Verstappen defendió ferozmente su posición, lo que resultó en una colisión entre ambos pilotos y dañó sus autos.
Helmut Marko, una figura de 81 años en el deporte, expresó sus pensamientos sobre el incidente. Él creía que las acciones de ambos pilotos fueron excesivamente intensas y agresivas. Marko afirmó que Norris cruzó repetidamente la línea blanca, causando problemas para ambos pilotos. Consideró las acciones de Norris innecesarias.
Marko quedó decepcionado con el incidente, ya que arruinó lo que había sido una emocionante batalla. Explicó que sus problemas comenzaron cuando se quedaron sin neumáticos medios nuevos y tuvieron una mala parada en boxes. Verstappen tuvo dificultades para competir con neumáticos usados, y Marko sintió que ambos pilotos podrían haber sido menos agresivos y más estratégicos para obtener un resultado positivo.
Verstappen, en una entrevista posterior a la carrera, no pudo explicar el repentino cambio en el rendimiento de su auto. Observó que el auto inicialmente tenía un buen equilibrio, pero se volvió difícil de controlar a medida que avanzaba la carrera. Verstappen sospechaba de un problema mecánico. A pesar de los desafíos, creía que aún podía ganar la carrera. Sin embargo, los errores durante la parada en boxes arruinaron sus posibilidades.
Verstappen estaba frustrado, creyendo que podría haber superado los problemas del auto y asegurado una victoria si no hubiera sido por los errores en la parada en boxes. La decepción se amplió por el hecho de que la carrera tuvo lugar en Austria, el país de origen de Red Bull, y Verstappen terminó en quinto lugar.
En general, el choque entre Verstappen y Norris y los subsiguientes errores en la parada en boxes dejaron a ambos pilotos y a sus equipos decepcionados, ya que creían que un mejor resultado estaba al alcance.