Los trenes de potencia totalmente eléctricos son los más avanzados y extendidos en el mundo actual. Vienen con la promesa de cero emisiones (más o menos, pero hablaremos de eso más adelante), ahora son asequibles y lo suficientemente variados para que muchas más personas que antes puedan poseerlos, y la ansiedad por la autonomía parece haber desaparecido.
Pero los BEVs no están exentos de problemas. El más grande es el hecho de que, aunque en sí mismos son limpios, los trenes de potencia eléctricos necesitan electricidad que generamos a través de métodos no tan limpios (estos problemas han comenzado a solucionarse con la ayuda de la generación de energía limpia, pero aún no lo suficientemente rápido).
El problema más común tiene que ver con los tiempos de carga. Aunque se han reducido significativamente en comparación con lo que solían ser, los tiempos de carga siguen siendo incómodamente largos para la mayoría de nosotros, al menos en comparación con el tiempo que se tarda en llenar un coche de motor de combustión interna.
Hay una solución alternativa que podría habernos ahorrado tanto el problema de la generación de electricidad como los problemas con los tiempos de carga: el hidrógeno. Es una solución que actualmente está siendo adoptada a muy pequeña escala por los fabricantes de automóviles, pero que podría ahorrarnos muchos inconvenientes en el futuro.
El hidrógeno es limpio, al igual que la electricidad, pero a diferencia de los iones, puede cargarse dentro de un tanque mucho más rápido. Solo dos libras de esta sustancia (un kilo) podrían ser suficientes para proporcionar una autonomía de 62 millas, y lo único que resulta de su uso es agua.
A pesar de todo esto, el mundo aún no parece tomarlo en serio. En los coches, el hidrógeno solo se utiliza comercialmente en dos vehículos, el Toyota Mirai y el Hyundai Nexo, y no hay muchos otros diseños destinados a utilizarlo en el horizonte.
La Unión Europea parece haber visto los beneficios del hidrógeno y lo ha convertido en un componente clave de su plan para convertirse en carbono neutral para 2050. Más específicamente, llama a los estados miembros y a las empresas que albergan a que utilicen cada vez más hidrógeno para las necesidades de transporte tan pronto como la próxima década.
Teniendo eso en mente, llegamos a la historia de hoy. No se trata de un coche de hidrógeno, sino de una motocicleta de hidrógeno, algo que debo admitir que no recuerdo haber oído antes (sin contar los prototipos).
Técnicamente hablando, es relativamente fácil idear un sistema de hidrógeno para un coche en lo que respecta al espacio. Todo lo que tienes que hacer es encontrar suficiente espacio para un tanque y el sistema de celdas de combustible que lo convierte en electricidad.
En una motocicleta, las cosas son un poco más complicadas. El tanque de hidrógeno no es un problema en sí, pero el despliegue de la celda de combustible, que es bastante voluminosa, requiere un pensamiento verdaderamente creativo. Y probablemente esa sea la razón por la que aún no tenemos motocicletas de hidrógeno circulando.
Eso podría cambiar, ahora que algunas entidades serias se han involucrado en hacer que tales cosas sean una realidad.
Sucedió en Europa, donde un grupo de empresas e instituciones de investigación de Alemania y la República Checa unieron fuerzas en un proyecto llamado Hydrocycle.
Kawasaki Hydrocycle: Un vehículo revolucionario que funciona con hidrógeno
En un giro sorprendente, un consorcio de empresas innovadoras e institutos de investigación se ha unido para desarrollar un vehículo innovador que funciona con hidrógeno. Apodada Kawasaki Hydrocycle, esta contraption similar a una moto está lista para revolucionar la forma en que pensamos sobre el transporte.
El proyecto es liderado por la empresa alemana WätaSwärmetauscher Sachsen GmbH y el instituto de investigación Fraunhofer IWU, que serán responsables del tren motriz de la moto, incluyendo el conjunto de celdas de combustible y la interfaz entre el vehículo y el sistema de combustible. Se unen a ellos 1to1design, la Universidad Técnica Checa y UJV Rez de la República Checa, que se encargarán del diseño general y la funcionalidad del vehículo.
Para finales del próximo año, el consorcio tiene como objetivo presentar un prototipo de motocicleta que sea manejable y que cumpla con los estrictos estándares de aprobación y regulaciones de certificación europeos. Aunque el Kawasaki Hydrocycle no está destinado a carreras de alta velocidad, está específicamente dirigido a servicios de entrega que operan en áreas urbanas. Esta solución ecológica podría revolucionar la forma en que se transportan bienes dentro de las ciudades.
Aunque el proyecto no cuenta con el respaldo de ningún fabricante importante de motocicletas, su objetivo principal es inspirar a otros a seguir el ejemplo y explorar las posibilidades de los vehículos impulsados por hidrógeno. Con el éxito del Kawasaki Hydrocycle, podríamos ver un día toda una nueva generación de motocicletas de carreras impulsadas por hidrógeno.
Mantente atento mientras continuamos monitoreando este emocionante desarrollo. Te mantendremos informado sobre cualquier nueva información y, con suerte, te proporcionaremos imágenes reales del Kawasaki Hydrocycle en acción.