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El clima en los boxes de la IndyCar este año se ha vuelto tóxico, con peleas, comentarios controvertidos y amenazas de muerte azotando la serie. Esto contrasta fuertemente con el ambiente amigable y libre de rivalidades que era frecuentemente criticado anteriormente. El Team Penske, que es propiedad de la misma empresa que la IndyCar y el Indianapolis Motor Speedway, se vio involucrado en un escándalo de push-to-pass que resultó en descalificaciones. Esto ha creado un clima de «nosotros contra ellos» entre los otros equipos y pilotos, quienes se niegan a dejar el tema de lado. Además, existen numerosos problemas subyacentes, como la introducción tardía de la tecnología híbrida, escasez de piezas, un coche desactualizado, incertidumbre sobre la dirección futura de la serie, la necesidad de un tercer fabricante de motores, negociaciones continuas de contratos de TV y la lucha de los equipos por un sistema de carta que garantice la participación en las 500 Millas de Indianápolis. La situación empeoró aún más cuando Santino Ferrucci hizo comentarios despectivos sobre su compañero de equipo Kyle Kirkwood durante el mes del Orgullo, y Theo Pourchaire, de McLaren, recibió amenazas de muerte después de un incidente en una carrera con Agustin Canapino. La serie ha fallado en tomar medidas adecuadas en estos casos, planteando dudas sobre su compromiso con la igualdad y el cambio. La falta de respuesta envía un mensaje negativo tanto a aquellos ofendidos por el comportamiento como a aquellos que pueden pensar que pueden salir impunes de acciones similares. El tema de las amenazas de muerte es particularmente preocupante, ya que va más allá de los insultos y el lenguaje ofensivo para convertirse en una amenaza directa a la vida de los pilotos. Es hora de que la IndyCar y los equipos tomen medidas más decisivas, ya sea a través de sanciones o de una campaña sostenida de educación, para abordar este comportamiento. El ciclo actual de emitir declaraciones después de cada incidente no es suficiente. Los aficionados que se involucran en este comportamiento deben entender que sus acciones tienen consecuencias, y los equipos deben dejar claro que este comportamiento no es tolerado. Es injusto manchar la reputación de miembros inocentes del equipo debido a las acciones de algunos aficionados. Todos los involucrados en el deporte deben hacerlo mejor y tomar medidas más proactivas para crear un ambiente seguro e inclusivo.