Cuando se trata de leyendas, pocas tienen un legado tan profundo como el de Jerry West. Para el mundo del baloncesto, él es “El Logo”—el rostro de la icónica silueta de la NBA. Pero para su familia, simplemente es “Papá.” Así es como Jonnie West, el hijo de Jerry y Director de Operaciones de Baloncesto de los Golden State Warriors, lo recordó durante un emotivo homenaje en el Salón de la Fama. Y, a su lado, capturando el momento, estaba su esposa, la golfista profesional Michelle Wie West.
Michelle utilizó Instagram para compartir su orgullo por el conmovedor discurso de Jonnie y el legado que Jerry dejó atrás. “Estoy orgullosa de ti @jonniewest4,” escribió, tocando el amor y la admiración que aún llena a la familia West. Reflexionando sobre la influencia de su difunto suegro, continuó, “Siempre serás un modelo a seguir para nuestra familia. Gracias por todo lo que has hecho.”
El homenaje de Jonnie fue tan poderoso como personal. Habló sobre el impacto de décadas de Jerry, no solo como un feroz competidor de la NBA, sino también como un hombre de familia y mentor. “Quiero agradecerte por todo lo que has hecho por el juego del baloncesto,” dijo Jonnie, añadiendo un emotivo saludo a los miembros de la familia, incluyendo a su mamá Karen, la “otra Hall of Famer” de la familia. Reflexionó sobre el papel de su papá como padre, mentor y amigo para muchos. “El mundo puede conocer a Jerry como el ‘Logo,’ pero para nosotros, simplemente era Papá.”
Michelle hizo eco de las palabras de Jonnie, compartiendo cuánto adoraba su hija, Makenna, a su difunto abuelo. “Gracias por amarnos, no tienes idea de cuánto te extrañaremos,” escribió Michelle, añadiendo un deseo de que él estuviera atrapando “grandes peces” allá arriba—una referencia a su amor por la pesca.
La vida de Jerry West no se trataba solo del juego que jugaba, sino de los valores que inculcó. Su carrera, que incluye nueve viajes a las finales de la NBA, múltiples inducciones al Salón de la Fama y, por supuesto, su inmortalización como el “Logo” de la NBA, habla por sí misma. Pero para aquellos que lo conocieron mejor, era un padre, abuelo y mentor amoroso cuyo impacto resonará mucho más allá de la cancha.