“Ahora depende de nosotros,” declaró un alto funcionario mientras EE. UU. y sus aliados se apresuran a llenar el gran vacío dejado por una ONU paralizada. Con Rusia bloqueando los esfuerzos de la ONU para monitorear las sanciones contra Corea del Norte, un nuevo grupo de trabajo de 11 naciones, que incluye a EE. UU., Japón y Alemania, está interviniendo para atrapar los astutos tratos militares de Corea del Norte. Pero con Rusia y Corea del Norte acercándose como nunca antes, hacer cumplir estas sanciones es como perseguir sombras.
La asociación de Corea del Norte con Rusia ha alcanzado un peligroso nivel, con miles de soldados norcoreanos de élite supuestamente entrenando en suelo ruso para unirse a la guerra en Ucrania. A pesar de esto, Rusia, armada con su poder de veto, ha aplastado la capacidad de la ONU para hacer cumplir las sanciones, lo que ha llevado a este nuevo equipo multilateral a actuar. Según informes, Corea del Norte está canalizando armas y tecnología prohibidas a Rusia a través de trenes y barcos que astutamente se mantienen en aguas seguras, permaneciendo justo fuera del alcance de los ojos internacionales.
¿Pero puede este nuevo grupo tener éxito donde la ONU fracasó? Los expertos advierten que no será fácil. Las recientes amenazas de Corea del Norte, prometiendo venganza contra cualquier nación involucrada, ya están poniendo nerviosos a aquellos que presionan por sanciones más estrictas. Y con Rusia y China dando a Corea del Norte un pase libre, muchos se preguntan cuán efectivas pueden ser realmente estos esfuerzos.
“Las sanciones no pueden resolverlo todo,” dice un analista, señalando la compleja red de lazos militares, económicos y diplomáticos que unen a Rusia y Corea del Norte. Mientras EE. UU. y sus aliados juegan este juego de alto riesgo de gato y ratón, una cosa está clara: Corea del Norte está esquivando las sanciones como un profesional—y Rusia les está ayudando a hacerlo.