La Vicepresidenta Kamala Harris ha desatado algunas de sus críticas más feroces contra Donald Trump, lo que ha generado un debate sobre si su retórica elevada está alimentando la tensión política. A pesar de los llamados a la unidad tras recientes supuestos intentos de asesinato contra Trump, Harris ha calificado a Trump de “fascista”, comparando su retórica con la de dictadores, haciendo referencia notablemente a Hitler. Sus declaraciones se producen en medio de ataques en aumento a medida que se acerca la elección, con ambos lados acusándose mutuamente de divisiones peligrosas.
En el ayuntamiento de CNN del miércoles, Harris no se contuvo, respondiendo “sí” cuando se le preguntó si considera a Trump un fascista. Alegó que Trump considera a cualquier crítico un “enemigo desde dentro”, incluidos jueces y periodistas. Algunos analistas afirman que tal retórica puede incitar riesgos para la seguridad de Trump, llamándolo irónico dado la postura anterior de la administración contra el lenguaje incendiario.
Los críticos argumentan que estas representaciones podrían inflamar el sentimiento público y potencialmente incitar actos de violencia política, mientras que los partidarios ven las palabras de Harris como un llamado esencial a resistir el autoritarismo. A medida que se acerca el Día de las Elecciones, las apuestas en el discurso político de América parecen más altas que nunca, con el lenguaje del liderazgo mismo bajo escrutinio por su poder para unir o dividir a una nación.