La experiencia de Karl-Anthony Towns al encontrar un automóvil adecuado destaca un inconveniente raramente discutido de la vida como atleta profesional, particularmente para aquellos cuya estatura física limita sus opciones de estilo de vida. Con siete pies de altura, Towns bromeó en Club Shay Shay sobre las restricciones que su altura impone a sus opciones de automóviles. A diferencia de los atletas en fútbol americano o fútbol, que a menudo se deleitan con elegantes autos deportivos, los jugadores de la NBA como Towns están limitados a vehículos más grandes y espaciosos como las SUV.
Esta limitación resalta dado su sustancial ingreso de su contrato supermax de $224 millones, que teóricamente le permite permitirse cualquier automóvil que desee. Pero la practicidad supera a la lujo cuando se trata de comodidad, especialmente al elegir un vehículo en el que pueda caber sin personalización, a diferencia de Shaquille O’Neal, quien ha adaptado sus autos para que se ajusten a su figura.
A medida que hace la transición de Minnesota a Nueva York, los fanáticos se divierten con el nuevo apodo que surgió en las redes sociales, conectando su establecido apodo “KAT” con los icónicos gatos de bodega de Nueva York. Conocidos por su naturaleza casual pero omnipresente, los gatos de bodega son un símbolo divertido de la tenacidad y el carácter de Nueva York, apropiado para la entrada de Towns en la lista de los Knicks.
Su actuación debut con los Knicks en un juego de pretemporada contra los Charlotte Hornets también mostró promesa, ya que anotó 10 puntos y atrapó cuatro rebotes en minutos limitados. Con el bombo que rodea su llegada y su adaptabilidad dentro y fuera de la cancha, Towns ya ha comenzado a abrazar su nuevo papel y entorno en Nueva York. A medida que los fanáticos se ajustan a verlo con la camiseta de los Knicks, la personalidad “KAT” de Towns está lista para aportar su estilo único a una ciudad que prospera en carácter y resiliencia.