A medida que NASCAR navega por las consecuencias de la carrera de playoffs en Martinsville, el ex campeón de la Serie Cup, Kevin Harvick, ha arrojado luz sobre la intensa política detrás de escena. Con acusaciones de manipulación de carreras que giran en torno a varios conductores que supuestamente ayudan a sus compañeros de fabricante, Harvick defendió estas acciones como parte integral de la cultura del garaje de NASCAR.
En un desglose sincero de la “política del garaje” que rige las carreras de autos stock, Harvick explicó que tales alianzas no son exclusivas de Martinsville. “Hablamos abiertamente sobre [manipulación de carreras] en los Superspeedways todo el tiempo”, dijo, enfatizando que las carreras de NASCAR siempre han sido una “carrera de fabricantes”. Según Harvick, cada marca elabora una estrategia donde los equipos se apoyan mutuamente en la pista, un sistema que va más allá de los playoffs y está arraigado en cada carrera.
“Hay un plan que va junto con eso”, continuó Harvick, señalando que si los conductores no están preparados para jugar en estas políticas, están en desventaja. Las reuniones de fabricantes a menudo enfatizan cómo los conductores pueden apoyar a sus compañeros de equipo, y Harvick cree que los eventos en Martinsville no fueron diferentes de lo que ocurre en cualquier pista.
Sin embargo, Harvick reconoció el costo que esta cultura impone a los conductores. Muchos conductores se ven obligados a tomar decisiones en la pista que pueden sentirse antinaturales pero son esenciales para asegurar una ventaja para el equipo. “Este sistema te obliga a hacer cosas que son incómodas”, admitió, señalando que los conductores no tienen otra opción que cumplir si quieren seguir siendo competitivos.
Los comentarios de Harvick ilustran una realidad donde los pilotos se encuentran en un equilibrio entre la ambición individual y la lealtad al equipo, una situación que a menudo conduce a maniobras que los aficionados de NASCAR consideran controvertidas. Aunque NASCAR ha intentado hacer cumplir regulaciones para frenar la manipulación evidente de las carreras, la política subyacente de las alianzas de marcas ha llegado para quedarse.
Como lo expresa Harvick, NASCAR no puede detener estas alianzas; solo pueden prevenir incidentes tan evidentes como los que se presenciaron en Martinsville. La carrera de Martinsville ha generado conversación, pero las percepciones de Harvick revelan que “jugar el juego” es una parte fundamental de las carreras, y no va a desaparecer pronto.