El mundo de NASCAR ha vuelto a estallar en debate sobre el rendimiento de los coches Next-Gen en pistas cortas, especialmente tras la carrera de playoffs de Bristol de la semana pasada, que fue decepcionante. Las expectativas eran altas tras una prometedora temporada regular, pero con solo ocho cambios de líder y el ganador liderando la asombrosa cantidad de 462 vueltas, los aficionados quedaron decepcionados, pidiendo cambios drásticos en el coche Next-Gen.
Kyle Larson, el campeón de la Copa NASCAR 2021, ha sido vocal sobre la crítica continua, defendiendo particularmente el deporte de los detractores que exigen cambios drásticos. Hablando en el podcast Dale Jr. Download Reloaded, Larson destacó las complejidades del problema, enfatizando que aquellos que piden alteraciones importantes a menudo pasan por alto las realidades financieras que enfrentan los propietarios de equipos.
“No lo sé porque, bueno, por un lado, no soy propietario de un coche, así que no trato con… Creo que es fácil para nosotros estar aquí y decir: ‘Bueno, los neumáticos podrían no ser la cosa más importante que va a cambiar la carrera, así que necesitamos empezar a cambiar cosas en los coches, quitando aerodinámica, escondiendo aerodinámica o haciendo esto o haciendo aquello.’”
Larson señaló que los propietarios de equipos ya están lidiando con costos significativos debido a la introducción de los coches Next-Gen. Los nuevos coches estaban destinados a reducir costos y nivelar el campo de juego, pero hacer cambios drásticos ahora socavaría ese objetivo, imponiendo una mayor presión financiera sobre los equipos.
“Creo que los dueños de los equipos no quieren cambiar los autos porque les va a costar mucho dinero, así que no sé, creo que es solo una situación complicada en este momento.”
La reciente carrera en Bristol fue mal recibida por los aficionados, atrayendo bajas calificaciones y críticas en las redes sociales. Frustrado por la reacción, Larson recurrió a X (anteriormente Twitter) para expresar su descontento, argumentando que las opiniones de los fans pueden ser volátiles, a menudo influenciadas por eventos dramáticos de último minuto en lugar de la calidad general de la carrera.
“Creo que dije eso porque he sido parte de algunas carreras no tan emocionantes donde alguien puede liderar muchas vueltas, no hay muchos adelantamientos y luego tenemos una bandera amarilla al final y tenemos uno o dos finales en tiempo extra y luego miro la encuesta al día siguiente y es como, ‘La mejor carrera del año.’ De ahí venía en Bristol…”
La frustración de Larson resalta un problema más profundo dentro de NASCAR: la lucha por equilibrar las expectativas de los aficionados con las realidades financieras del deporte. Las victorias limpias y dominantes a menudo no reciben la apreciación que merecen, opacadas por el anhelo de los fans por el caos y la imprevisibilidad.
En última instancia, la defensa de Larson del auto Next-Gen sirve como un recordatorio de que los cambios drásticos no siempre son la respuesta. El deporte está atrapado entre preservar la integridad de las carreras y gestionar la economía de la propiedad de los equipos, y encontrar el equilibrio adecuado será crucial para el futuro de NASCAR.