La trágica muerte del exjugador de los New Orleans Saints, Will Smith, en un incidente de rabia en la carretera ha resurgido después de ocho años. Cardell Hayes, quien fue condenado por homicidio involuntario y sentenciado a 25 años de prisión en 2016, apeló su condena tras un fallo de la Corte Suprema. El fallo estableció que condenar a alguien con un voto que no sea unánime es inconstitucional. A Hayes se le concedió un nuevo juicio y recientemente fue declarado culpable por un voto unánime.
Este caso pone de relieve una ley de la era de Jim Crow que tenía como objetivo suprimir los votos de las personas negras en los jurados. Es un recordatorio contundente de que el racismo persiste en América, a pesar de las afirmaciones de la candidata presidencial republicana Nikki Haley de que el país nunca ha sido racista. Desafortunadamente, la opinión de Haley no es aislada, ya que muchos creen que la diversidad, la equidad y la inclusión son los problemas que aquejan a la sociedad estadounidense.
De hecho, el expresidente Donald Trump recibió una ovación de pie cuando prometió terminar con todos los programas de diversidad, equidad e inclusión si es reelegido. Este sentimiento ha dado lugar a legislaciones en todo el país que restringen las prácticas de contratación y el currículo enseñado en las escuelas. El gobernador de Utah, Spencer Cox, firmó recientemente un proyecto de ley que prohíbe las prácticas de diversidad, equidad e inclusión en el gobierno estatal y las universidades.
Negar el daño causado por estas leyes y creencias es ignorar la historia racista de los Estados Unidos. El Estado de Luisiana contra Cardell Hayes sirve como un ejemplo principal del impacto de las leyes racistas. Luisiana implementó una ley que permitía que los veredictos de mayoría abrumadora contaran lo mismo que los unánimes en un intento de mantener la supremacía blanca. Oregón adoptó una ley similar en 1934, influenciada por editoriales xenofóbicas publicadas en The Oregonian.
Estas leyes intolerantes permanecieron en vigor hasta 2020, lo que resultó en un juicio injusto para Hayes, quien admitió haber matado a Will Smith. La tragedia de la muerte de Smith se vio agravada por el hecho de que Hayes probablemente cumplirá el resto de su condena en el Penitenciario Estatal de Luisiana, conocido por su uso de trabajo forzado. A pesar de estos ejemplos evidentes de racismo, la diversidad, la equidad y la inclusión son erróneamente culpadas de los problemas en América. Está claro que el país tiene un largo camino por recorrer para abordar su pasado y presente racistas.