Los Arizona Coyotes han sido durante mucho tiempo el ejemplo de una “franquicia en quiebra”, un término que a menudo se utiliza en círculos deportivos para describir a equipos que no están dispuestos—o no pueden—gastar lo que se necesita para mantenerse competitivos. En el caso de los Coyotes, esta reputación fue más que una metáfora; sus operaciones con problemas de liquidez a lo largo de los años se convirtieron casi en legendarias. Un reciente reportaje de ESPN por Emily Kaplan y Greg Wyshynski ha arrojado luz sobre la profundidad de los problemas financieros del equipo, revelando algunas tácticas de recorte de costos que levantan cejas.
La estancia de los Coyotes en Arizona, que abarca casi tres décadas tumultuosas, estuvo marcada por facturas impagas, hoteles económicos e incluso un acuerdo de patrocinio con Goodwill en 2022—un desarrollo oscuramente humorístico dado que el equipo estuvo a punto de ser excluido de su propia arena un año antes por alquileres impagos. La situación obligó a los Coyotes a trasladarse a Mullett Arena, un modesto recinto de 4,500 asientos diseñado para el equipo de hockey de Arizona State. A pesar de los mejores esfuerzos de la NHL para mantener a flote a los Coyotes, incluidos múltiples cambios de propiedad, la franquicia nunca encontró estabilidad.
¿Quizás la revelación más impactante? La propiedad de los Coyotes supuestamente llegó tan lejos como para tachar totales en las facturas de los hoteles y pagar cantidades reducidas, una táctica que, según fuentes, se convirtió en práctica común. Además, el equipo intentó eludir los estándares de negociación colectiva reservando hoteles de calidad inferior, incluso despojando de equipos esenciales como impresoras y copiadoras las oficinas de los entrenadores para ahorrar unos cuantos dólares.
Mientras el propietario de los Coyotes, Alex Meruelo, hizo un último esfuerzo para asegurar una nueva instalación en Tempe, los votantes rechazaron una iniciativa en la boleta en 2023, dejando a la franquicia sin un hogar viable. Con la inestabilidad financiera alcanzando un punto crítico, la NHL finalmente puso fin al experimento de Arizona. Los Coyotes han sido vendidos desde entonces al propietario de los Utah Jazz, Ryan Smith, marcando el final de una de las sagas de franquicias más largas y controvertidas de la liga.
A medida que los Coyotes se preparan para mudarse a Salt Lake City para la temporada 2024-25, los aficionados solo pueden esperar que las desventuras financieras del equipo se conviertan en cosa del pasado.