“¡La cruzada anti-rusa de Australia ha cruzado la línea!” tronó el ministerio de exteriores de Moscú mientras imponía prohibiciones de entrada a 131 figuras australianas, desde CEOs de defensa hasta periodistas de alto perfil.
Rusia escaló su enfrentamiento con Australia el martes al emitir una amplia prohibición de entrada para 131 australianos, que afirma es una respuesta directa a la inquebrantable “agenda anti-rusa” de Canberra. Los individuos en la lista negra incluyen diplomáticos, ejecutivos de defensa, figuras prominentes de los medios y funcionarios asociados con asociaciones militares de alto riesgo como AUKUS y Quad. El ministerio de exteriores de Moscú dejó claro: mientras Canberra mantenga sus sanciones contra Rusia y la ayuda militar a Ucrania, la lista seguirá creciendo.
Para Australia, que ha invertido más de 1.3 mil millones de dólares en la defensa de Ucrania y recientemente envió 49 tanques Abrams a Kyiv, el movimiento del Kremlin no es exactamente una sorpresa. Desde la invasión de Ucrania por parte de Rusia en 2022, Australia se ha mantenido como uno de los más firmes partidarios de la causa ucraniana, lo que ha provocado la ira de Rusia. Este último movimiento llega solo meses después de que Moscú impusiera prohibiciones a 235 funcionarios estatales australianos, una represión que refleja las quejas latentes de Rusia con Occidente.
Moscú no se anduvo con rodeos al justificar su decisión, acusando a estas personas de dar forma activamente a las políticas anti-rusas de Australia. “Están creando narrativas, armando alianzas y alimentando sentimientos anti-rusos”, afirmó un funcionario del ministerio de exteriores. Aunque los nombres específicos se mantienen en secreto, está claro que los pesos pesados de la industria militar de Australia, analistas estratégicos y algunas de las personalidades de televisión más reconocibles del país están firmemente en la mira de Putin.
Canberra, por su parte, se mantiene impasible, señalando que no tiene planes de reducir su apoyo a Ucrania. A medida que Rusia intensifica su represalia, Australia parece igualmente decidida a mantener su postura, con funcionarios indicando que estas prohibiciones solo subrayan la urgencia de mantenerse firme contra la agresión rusa.
Es un duelo diplomático sin fin a la vista, ya que Rusia y Australia se atrincheran, atrapados en un ciclo creciente de prohibiciones, sanciones y apuestas de miles de millones de dólares.