A medida que las elecciones de 2024 se intensifican, la vicepresidenta Kamala Harris enfrenta una inmensa carga política y personal—una que el comentarista político Jonathan Last compara con el viaje de Frodo Bolsón a Mordor. Harris, que ha albergado durante mucho tiempo ambiciones presidenciales, ahora se encuentra llevando el peso de la democracia misma, con las apuestas más altas que nunca.
En una entrevista sincera con Howard Stern, Harris admitió que la presión es abrumadora. «Literalmente pierdo el sueño por esto,» confesó, explicando cómo se acuesta cada noche cuestionándose si hay más que podría haber hecho. A diferencia de Barack Obama, quien alcanzó el estatus de ícono cultural, el camino de Harris está lleno de desafíos, lo que convierte su papel en esta elección en un momento definitorio no solo para su carrera, sino para el futuro de la nación.