En el mundo del MotoGP, las críticas a la arbitraje han alcanzado un nuevo nivel. El panel de árbitros de la FIM, liderado por el ex campeón Freddie Spencer, ha enfrentado una falta de aprobación por parte de la parrilla del MotoGP. Los pilotos han expresado abiertamente su insatisfacción con las inconsistencias percibidas y lo que ellos ven como un proceso decisivo informal. Algunos pilotos ven las decisiones de los árbitros como actos incomprensibles de dioses antiguos, mientras que otros piensan que no hay nada nuevo que decir al respecto. Incluso en la reciente carrera de Mugello, hubo una decisión intrigante que dejó al piloto de Yamaha, Fabio Quartararo, frustrado. Miguel Oliveira no fue castigado por causar la caída de Quartararo, lo que llevó a más cuestionamientos sobre las acciones de los árbitros.
Sin embargo, parece que las críticas se están yendo demasiado lejos. En el caso de la protesta de Enea Bastianini en Barcelona y la penalización de Pecco Bagnaia en Mugello, esto ha cruzado la línea del cuestionamiento válido para simplemente objetar cada penalización recibida. Bagnaia recibió una sanción de tres posiciones en la parrilla por obstruir a Alex Márquez durante los entrenamientos, lo que llevó a un intercambio acalorado entre los dos pilotos. Bagnaia criticó la decisión, alegando que no hay consistencia en las sanciones aplicadas. Señaló otros incidentes, como la colisión de Oliveira con Quartararo, en la que no se impuso ninguna sanción, y expresó su frustración con la situación.
Otro ejemplo de crítica a los árbitros vino del director del equipo Tech3, Hervé Poncharal. Expresó su decepción con la sanción de dos largas vueltas impuesta al piloto de Moto3, Dani Holgado, en Mugello. Poncharal creía que el incidente fue simplemente un evento de carrera y no justificaba una sanción tan severa. Sintió que la decisión de los árbitros tuvo un impacto significativo en las posibilidades de Holgado en el campeonato.
Estos incidentes resaltan el debate en curso sobre el arbitraje en el MotoGP. Los pilotos y equipos están pidiendo más consistencia y una mejor comprensión del estado actual del deporte. Ellos creen que tener árbitros con experiencia reciente en carreras y conocimiento del MotoGP llevaría a decisiones más justas. Sin embargo, es importante recordar que se debe respetar a los árbitros, incluso cuando surjan desacuerdos. Es un equilibrio delicado entre cuestionar las decisiones y mantener un nivel de respeto por los oficiales.