Foxborough ha visto llegar y partir campeones, pero el imperio legendario de los Patriots, una vez gobernado por Tom Brady y magistralmente orquestado por Bill Belichick, estuvo tan cerca de la grandeza romana como el deporte estadounidense puede llegar. Brady fue un moderno Alejandro Magno, feroz y ambicioso, mientras que Belichick se erguía como su «Aristóteles», el genio detrás de cada conquista. Sin embargo, incluso Roma tuvo su caída, y así también esta dinastía comenzó a desmoronarse el día que su general estrella se marchó.
En un giro salvaje que ha dejado a Foxborough en ebullición, Adam Schefter de ESPN lanzó una bomba: el entrenador en jefe Jerod Mayo, el nuevo general que intenta llenar los zapatos de Belichick, ha nombrado a Drake Maye como el mariscal de campo titular de los Patriots. La decisión parece decisiva, sin embargo, el caos burbujea bajo la superficie, ya que algunas fuentes internas sugieren que Mayo podría estar perdiendo la lealtad del vestuario. Para una franquicia que alguna vez fue gobernada con puño de hierro, el rumor de rebelión golpea fuerte—y sea cierto o no, ha encendido una tormenta de fuego.
El martes por la mañana, Mayo intentó asegurar el control, anunciando al veterano Jacoby Brissett como el titular y buscando informar a su equipo antes de que la noticia se hiciera pública. Pero el martes fue un día libre, lo que dejó a los Patriots descubriendo el cambio de mariscal de campo en las redes sociales como el resto de nosotros. Este error de comunicación, según se informa, ha herido egos y sacudido la confianza.
La inestabilidad ha sido el talón de Aquiles de los Patriots desde la partida de Brady, y el carrusel de mariscales de campo solo ha alimentado la agitación. Cuando Mayo trajo al novato Drake Maye, vio esperanza para el futuro, pero se aseguró con Brissett, esperando que la experiencia pudiera traer estabilidad. Aún así, susurros de una “mutinía” serpenteaban por el aire de Foxborough. Aunque el linebacker Jahlani Tavai calificó estos rumores como “infundados”, algunos jugadores siguen frustrados, alegando que las decisiones de Mayo están dividiendo al equipo.
¿Pero fue todo en vano? Después de una brillante victoria en el debut bajo Brissett contra los Bengals, los Patriots parecían estar listos para una temporada de regreso. Luego vino la cascada de derrotas: cuatro seguidas, cada una apretando la soga alrededor del liderazgo de Mayo. Con los números de Brissett cayendo peligrosamente (solo el 58.5% de sus pases completados, dos touchdowns en cinco partidos), Mayo enfrentó el aplastante peso de las expectativas y un ultimátum familiar en la NFL: produce resultados o perece.
En un intento desesperado por redención, Mayo se volvió hacia el novato Maye, invocando la sabiduría del pasado de los Patriots. El ex safety y leyenda de la franquicia Devin McCourty respaldó a su entrenador, recordando el viejo mantra de Belichick: “Si no estás obteniendo los resultados que deseas, tienes que cambiar.” Sin embargo, los fieles de los Patriots saben muy bien que el cambio puede ser una espada de doble filo.
Ahora todos los ojos están puestos en el 13 de octubre, cuando los Patriots se enfrenten a los Texans. ¿Se levantará Maye a la ocasión y estabilizará a un equipo al borde del colapso? ¿O esta elección profundizará aún más la división en un vestuario ya lleno de tensión?
Contén la respiración, Nueva Inglaterra. El futuro de los Patriots está en juego.