Liberty Media, el propietario de la Fórmula 1, está bajo un intenso escrutinio por su propuesta de adquisición de la empresa matriz de MotoGP, Dorna Sports, lo que podría provocar un cambio significativo en el automovilismo global. La toma de control, prevista para completarse a finales de 2024, daría a Liberty el control sobre MotoGP, World Superbike (WorldSBK) y sus clases de apoyo, lo que genera alarmas sobre posibles violaciones de las leyes de competencia europeas.
El miembro belga del Parlamento Europeo (MEP) Pascal Arimont ha solicitado formalmente a la Comisión Europea que investigue la adquisición, citando preocupaciones de que el acuerdo podría perjudicar a los consumidores y reducir la competencia justa en la industria del automovilismo. Arimont enfatizó que un control monopolístico sobre dos de las categorías de automovilismo más prominentes del mundo—Fórmula 1 y MotoGP—podría crear desequilibrios significativos en la competencia del mercado, particularmente en las negociaciones con los transmisores y otros interesados.
Las preocupaciones de Arimont resuenan con las de otras figuras prominentes, incluido el presidente de Fórmula E, Alejandro Agag, quien instó a la Comisión Europea a examinar detenidamente la propuesta de adquisición de Dorna por parte de Liberty por 4.2 mil millones de euros. Agag, un ejecutivo experimentado en el automovilismo, cree que la influencia combinada de F1 y MotoGP bajo una sola entidad otorgaría a Liberty una ventaja indebida en los mercados de medios y transmisión.
«Desde el punto de vista de la ley de competencia, creo que hay desafíos significativos,» dijo Agag al Financial Times. Enfatizó la necesidad de «remedios adecuados para garantizar la equidad en el mercado» si el acuerdo va a seguir adelante.
Este no es el primer roce de Liberty Media con preocupaciones antimonopolio en 2024. La compañía enfrentó críticas por rechazar la oferta de Michael Andretti para establecer un nuevo equipo estadounidense de F1, incluso después de que la propuesta de Andretti recibiera la aprobación de la FIA. La decisión de Liberty fue criticada por ser protectora de los equipos de F1 existentes, lo que llevó a una carta de miembros del Congreso de EE. UU. acusando a Liberty de violar las leyes antimonopolio estadounidenses. Esto ha llevado a una mayor investigación por parte de la División Antimonopolio del Departamento de Justicia de EE. UU.
La adquisición propuesta también trae de vuelta recuerdos de una situación similar en 2006 cuando CVC Capital Partners, entonces propietario de F1, se vio obligado a vender MotoGP debido a las preocupaciones planteadas por los reguladores de competencia de la UE. Con el riesgo de que Liberty obtenga un control sin precedentes sobre el automovilismo tanto de cuatro como de dos ruedas, la posibilidad de un monopolio en el motorsport se cierne sobre nosotros.
A medida que la Comisión Europea evalúa el movimiento de Liberty, quedan preguntas sobre los efectos a largo plazo que esto podría tener en el panorama global del motorsport. Con preocupaciones sobre la equidad del mercado, el equilibrio competitivo y la influencia de las transmisiones, el resultado de esta investigación podría dar forma al futuro de la Fórmula 1, MotoGP y más allá.