A partir de febrero de 2027, la Unión Europea va a exigir que todas las baterías de vehículos eléctricos con capacidad superior a 2 kWh tengan un «pasaporte» propio, que estará asociado al número de identificación del vehículo (VIN).
Siempre que sea escaneado con un dispositivo de lectura de código QR, este pasaporte mostrará información sobre el productor o sobre el manejo de sus materiales, desde la extracción hasta el vehículo.
Una forma de poner mayor responsabilidad sobre los fabricantes para el recurso a cadenas de suministro transparentes. Aunque los reguladores aún están trabajando para decidir cuáles serán exactamente los datos que deben constar en este identificativo.
El programa está siendo financiado por el Ministerio Federal Alemán de Asuntos Económicos y Acción Climática, cuenta con la colaboración estratégica de empresas como Audi o BMW. Circulor, empresa en el área de las soluciones de rastreabilidad, actuará como líder técnico.
La propuesta actual sugiere la utilización de 90 informaciones, en siete categorías distintas, desde información general sobre baterías y fabricantes, conformidad, certificaciones y etiquetas, huella de carbono de la batería, debida diligencia en la cadena de suministro, materiales y composición de la batería, circularidad y eficiencia de recursos, y desempeño y durabilidad.
En una entrevista con Autocar, la directora de relaciones externas de Circulor, Ellen Carey, explicó que los pasaportes costarán entre 7 euros (7,60 dólares) y 12,80 euros (13,95 dólares) por batería y tienen como objetivo «crear responsabilidad en esta cadena de suministro: quién tocó qué, cuándo y dónde».
El actual pasaporte de batería desarrollado por Circulor para vehículos eléctricos puede revelar las fuentes de cobalto, grafito, litio, níquel y otros materiales utilizados en las baterías. «¿Dónde se extrajo? ¿Cuál fue su geolocalización? ¿Cuál fue su peso? ¿Cuánto tiempo ha pasado en términos de procesamiento?», agregó.
Fuente: Carscoops y Autocar