Los Angeles Dodgers llegaron al Juego 1 de la Serie Divisional de la Liga Nacional contra los New York Mets con confianza y un impulso para hacer una declaración. Enfrentando a los Mets por primera vez en esta etapa desde su enfrentamiento de 1988—donde los Dodgers superaron a los Mets en su camino hacia una victoria en la Serie Mundial—Los Ángeles lució como un equipo de campeonato mientras se deslizaban hacia una victoria de 9-0 sin siquiera necesitar un jonrón.
En un juego marcado por una ofensiva implacable y una defensa sólida, los Dodgers demostraron por qué son un serio contendiente en la postemporada. La energía alcanzó su punto máximo en la octava entrada cuando Mookie Betts se presentó con las bases llenas. Con Enrique Hernández en tercera, Kevin Kiermaier en segunda y Shohei Ohtani en primera, Betts conectó un doble que limpió las bases, ampliando la ventaja de los Dodgers a un contundente 9-0 y sellando la victoria.
Shohei Ohtani, quien ha sido tanto impactante como humilde desde que se unió a los Dodgers, acreditó a todo el equipo por la victoria. “Soy realmente afortunado. El equipo me ha brindado muchas oportunidades para batear con corredores en posición de anotar, y estoy agradecido por eso,” dijo Ohtani después del juego. Su propia actuación habló por sí misma—terminó 2 de 4, impulsando una carrera y anotando dos veces. El sencillo impulsor de Ohtani en la segunda entrada puso a los Dodgers 3-0 y sacó al abridor de los Mets, Kodai Senga, del juego después de solo 1⅓ entradas.
El pitcheo de los Dodgers, liderado por Jack Flaherty, continuó su reciente dominio, extendiendo su racha de no permitir carreras desde el Juego 2 de la NLDS contra los Padres. Flaherty estuvo casi impecable durante siete entradas, permitiendo solo dos hits, dos bases por bolas y ponchando a seis. Con los relevistas Daniel Hudson y Ben Casparis manteniendo el blanqueo, los Dodgers demostraron que son una fuerza en ambos lados del juego.
Los Mets, sin embargo, lucharon desde el principio. La breve salida de Kodai Senga puso a Nueva York en desventaja, ya que cedió tres carreras tempranas y cuatro bases por bolas, obligando a los Mets a recurrir a cuatro relevistas. Solo Danny Young logró mantener a los Dodgers sin anotaciones, pero el daño ya se había hecho.
Con el Juego 2 programado para el lunes en el Dodger Stadium, los Dodgers han demostrado que van en serio. Después de esta contundente victoria por 9-0, ¿se han establecido los Dodgers como el equipo a vencer en esta postemporada?