Konstantin Romodanovsky, un exjefe del Servicio Federal de Migración de Rusia y descrito como los «ojos y oídos» de Putin, ha muerto en circunstancias misteriosas tras allegedly caerse por las escaleras de su casa de campo y romperse el cuello. Conocido por sus estrechos vínculos con figuras poderosas en el Kremlin y los servicios de seguridad, Romodanovsky poseía documentos incriminatorios sobre altos políticos y operativos de los servicios secretos.
Mientras los medios rusos especulan sobre causas que van desde la intoxicación hasta enfermedades, su muerte refleja una serie de fatalidades sospechosas entre altos funcionarios rusos vinculados al círculo íntimo de Putin. A medida que el régimen de Putin enfrenta una creciente tensión en medio de la guerra en Ucrania, la desaparición de Romodanovsky se suma a una lista creciente de figuras influyentes que han muerto en circunstancias inexplicadas o «accidentales».