El comienzo arrollador de los Washington Commanders en la temporada 2024 de la NFL ha chocado con una racha fría, y los aficionados comienzan a preocuparse. Con dos derrotas en solo cinco días, los Commanders ahora se encuentran en 7-4, observando cómo su impulso inicial se desvanece mientras las dudas se infiltran en sus esperanzas de playoffs.
La Defensa de los Eagles Aplasta las Esperanzas de Regreso de los Commanders
En la noche del jueves, la defensa de los Philadelphia Eagles, actuando como una de las unidades más dominantes de la liga, detuvo por completo a los Commanders. Liderados por el mariscal de campo novato Jayden Daniels, Washington logró apenas 264 yardas de ofensiva total y anotó solo 18 puntos en una derrota de 26-18. Los Eagles forzaron a los Commanders a un desastroso 3 de 12 en conversiones de tercer down, cerrando efectivamente la capacidad de Washington para mantener sus drives.
Con un marcador de 19-10 en contra en los últimos minutos del cuarto cuarto, Daniels tuvo la oportunidad de realizar un regreso heroico. Pero ese sueño terminó abruptamente cuando el safety de los Eagles, Reed Blankenship, interceptó a Daniels en la primera jugada del drive. Fue un momento que destacó las luchas de una ofensiva de los Commanders que alguna vez fue potente y que de repente parece desarticulada.
Después del juego, Daniels compartió un momento conmovedor con el ala cerrada veterano Zach Ertz, el objetivo previsto en la intercepción.
“Solo estábamos hablando sobre lo que necesitamos mejorar”, dijo Daniels. “Zach ha pasado por este tipo de cosas en su carrera, y me estaba animando, diciendo: ‘No hay otra persona de la que prefiera recibir el balón.’ Es una temporada larga, así que mantén la cabeza en alto y sigue adelante.”
¿La Ofensiva de los Commanders en Declive Bajo Kliff Kingsbury?
Los problemas ofensivos de los Commanders se están convirtiendo en una tendencia, y las miradas se dirigen al coordinador ofensivo Kliff Kingsbury. Su historial, particularmente durante su tiempo como entrenador en jefe de los Arizona Cardinals, levanta banderas rojas. Los críticos recuerdan cómo las ofensivas de Kingsbury a menudo se apagaban en la segunda mitad de la temporada, y patrones similares pueden estar ya emergiendo en Washington.
La ofensiva ha fallado en situaciones críticas, sobre todo en terceros downs, y su incapacidad para adaptarse es evidente. Tras una angustiosa derrota ante los Steelers, el desalentador desempeño de los Commanders contra los Eagles se siente como un déjà vu. Si Kingsbury no puede corregir el rumbo, los sueños de postseason de Washington podrían desvanecerse.
Un Rayo de Esperanza en Medio del Caos
A pesar de las crecientes preocupaciones, los Commanders tienen una oportunidad dorada para estabilizar el barco. Su próximo calendario incluye partidos contra los luchadores Dallas Cowboys, Tennessee Titans y New Orleans Saints—tres equipos que han perdido en gran medida el control de sus temporadas. Con enfrentamientos ganables en el horizonte, los Commanders podrían convertir su actual récord de 7-4 en un contundente 10-4, recuperando impulso y silenciando a los críticos.
Sin embargo, el margen de error es extremadamente delgado. Un solo paso en falso contra cualquiera de estos oponentes podría significar un desastre, especialmente con la competencia en la NFC Este calentándose.
¿Qué Sigue para Washington?
Los Commanders necesitan respuestas—y rápido. Jayden Daniels ha mostrado destellos de brillantez, pero el novato debe superar los dolores de crecimiento y evitar errores costosos como la intercepción del jueves. Kingsbury también necesita demostrar que puede adaptar su estrategia de juego y sacar el máximo provecho de esta ofensiva cuando más importa.
Por ahora, el destino de Washington depende de su capacidad para capitalizar un tramo favorable de juegos. Cualquier cosa menos que un barrido limpio contra sus próximos tres oponentes podría condenar sus esperanzas de título en la NFC Este y convertir su éxito en el inicio de la temporada en un recuerdo lejano. Es hora de que los Commanders demuestren que pertenecen a la conversación de postemporada—o arriesgarse a desmoronarse cuando más importa.