LOS NUEVOS YORK JETS: UN EQUIPO EN PROBLEMAS
Los New York Jets han tenido una temporada tumultuosa, llena de traiciones, falta de respeto y disfunción. Un artículo reciente en The Athletic arrojó luz sobre los numerosos problemas que el equipo enfrentó a lo largo del año. El entrenador, Robert Saleh, estaba desesperado por el respaldo del mariscal de campo Aaron Rodgers a medida que la temporada se acercaba a su fin. El decepcionante récord de 7-10 del equipo solo añadió a la frustración.
Una revelación sorprendente fue que el propietario del equipo, Woody Johnson, leía comentarios de los aficionados y los medios en las redes sociales y los compartía con los empleados, incluido Saleh. Este comportamiento solo añadió a la disfunción dentro de la organización. Sin embargo, el incidente más perjudicial involucró al mariscal de campo Zach Wilson. Wilson, que había sido relegado al banquillo en múltiples ocasiones durante la temporada, se mostraba reacio a regresar a la alineación por miedo a lesionarse y poner en peligro sus posibilidades de fichar por otro equipo en la temporada baja.
Saleh defendió públicamente a Wilson y trató de descubrir la fuente de la filtración. Las fuentes de The Athletic confirmaron la historia, lo que llevó a Rodgers a criticar a la organización de los Jets por sus acciones. Condenó la práctica de filtrar información a los medios, afirmando que no tenía cabida en una cultura ganadora. Rodgers también señaló que esta no era la primera vez que ocurrían tales filtraciones.
Las secuelas del incidente fueron particularmente perjudiciales para los Jets. Saleh convocó una reunión con su personal, instando al filtrador a presentarse. Sin embargo, los detalles de la reunión fueron filtrados por múltiples asistentes. El hecho de que los empleados encontraran la situación divertida y traicionaran la confianza de Saleh solo destacó aún más la disfunción dentro de la organización.
Los Jets se encuentran ahora en una situación crítica. El entrenador en jefe está justificadamente preocupado por las filtraciones dentro del equipo, pero el hecho de que miembros de su propio personal estén trabajando activamente en su contra y en contra de la organización es profundamente inquietante. Está claro que estos individuos tienen su propia agenda y se preocupan más por socavar a Saleh que por cumplir con sus responsabilidades laborales.
Esta traición y falta de respeto dentro de la organización de los Jets tienen graves consecuencias para el futuro del equipo. En la altamente competitiva NFL, los equipos dependen de la confianza y la unidad para tener éxito. Sin embargo, los Jets tienen individuos dentro de sus filas que están saboteando activamente a su propio equipo. Es imposible para los Jets competir con otros equipos cuando están plagados de conflictos internos y puñaladas por la espalda.
En una liga donde los equipos a menudo se refieren a sí mismos como una familia, los Jets son un contraste marcado. En lugar de apoyarse mutuamente, hay individuos dentro de la organización que están trabajando activamente en contra de sus propios compañeros y entrenadores. Este ambiente tóxico hace que sea imposible para los Jets lograr el éxito en el campo.
El futuro se ve sombrío para los New York Jets. A menos que puedan abordar los problemas profundamente arraigados dentro de su organización, continuarán luchando y quedándose atrás de sus competidores. Ganar en la NFL requiere unidad y confianza, cualidades que los Jets carecen gravemente. Está claro que se necesita un cambio si los Jets esperan revertir su fortuna.