Jimmie Johnson, el piloto dueño del Legacy Motor Club, ha experimentado una caída significativa en su rendimiento desde su regreso a la NASCAR. A pesar de ser un campeón de la Copa siete veces, su mejor posición con su propio equipo ha sido solo el 28º lugar, que logró en dos ocasiones. Desafortunadamente, su última participación en la Copa terminó temprano debido a un giro en la carrera, obligándolo a retirarse.
En un choque con Spire Motorsports, el Toyota Camry No:84 de Johnson disminuyó repentinamente la velocidad, lo que resultó en contacto con el Chevy Camaro ZL1 No:7 de Spire. Este incidente hizo que Johnson perdiera el control de su auto y girara en la hierba del infield, causando daños demasiado graves para que el equipo No:84 continuara compitiendo. Mientras tanto, los compañeros de equipo de Johnson lograron terminar dentro del top-25, con uno de ellos asegurando el 13º lugar, convirtiéndose en una oportunidad perdida para Johnson.
El auto Next-Gen ha demostrado ser más desafiante para que Johnson maneje, ya que difiere mucho de cualquier otro auto que haya pilotado a lo largo de su carrera. Estos incidentes consecutivos no solo han decepcionado a sus seguidores, sino que también han hecho difícil para Johnson adaptarse al nuevo auto. A pesar de asegurar el 19º lugar en la clasificación de esta semana, la carrera terminó en decepción para él.
Johnson explicó que estaba reduciendo la velocidad para corregir su trayectoria en la curva, pero fue golpeado inesperadamente por detrás, poniendo fin prematuramente a su carrera. Reconoció que su rival, Corey LaJoie, probablemente no lo golpeó a propósito, pero expresó su insatisfacción con la falta de conciencia en la situación.
Aunque Johnson cree que, con suficiente práctica, puede recuperar su posición en la cima, reconoce que esto requerirá hacer sacrificios y enfrentar carreras más desafiantes.