Con las elecciones de 2024 a solo unas semanas, los funcionarios de inteligencia de EE. UU. han emitido una advertencia contundente: Rusia y China están interfiriendo activamente en las carreras congresionales, estatales y locales. Según una evaluación reciente de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI), el Kremlin se centra en apoyar a candidatos aislacionistas que se oponen a la ayuda de EE. UU. para Ucrania, con la esperanza de cambiar el equilibrio de poder a favor de políticos como el senador J.D. Vance, compañero de fórmula de Donald Trump.
Mientras tanto, China está trabajando para influir en las elecciones oponiéndose a candidatos que desafían los intereses de Pekín, particularmente en lo que respecta a Taiwán. La intromisión de ambas naciones señala una creciente amenaza a la integridad electoral de EE. UU., añadiendo otra capa de tensión a una temporada política ya candente.