El fin de semana de Sergio Pérez en el Gran Premio de Brasil 2024 fue nada menos que una catástrofe, añadiendo combustible a las crecientes dudas sobre su futuro en Red Bull. Desde la primera sesión hasta la bandera a cuadros, Pérez luchó con una serie de problemas que lo dejaron varado en el 11º lugar, muy lejos de los primeros puestos. Su actuación en Interlagos solo subrayó una temporada decepcionante que lo ha colocado en el octavo lugar de la clasificación de pilotos con solo 150 puntos—una razón evidente de por qué Red Bull ha caído al tercer lugar en el Campeonato de Constructores.
Después de la carrera, Pérez habló con franqueza sobre sus dificultades, admitiendo: «Fue un desastre. No supimos hasta el último minuto que podíamos cambiar neumáticos, así que comenzamos con neumáticos muy fríos. Tan pronto como comenzó la carrera, golpeé una pared de agua, y la visibilidad era terrible. Luego, durante la bandera roja, perdimos posiciones cruciales. Fue un desastre total.»
El GP de Brasil estuvo marcado por un clima severo y condiciones de carrera aún más duras, y Pérez se encontró en el lado perdedor de varias batallas en pista, incluyendo intensos enfrentamientos con Liam Lawson y Lewis Hamilton. «Llegamos a Liam, y hubo contacto en la Curva 1. Me pasé de largo en la Curva 4 y perdí la posición con Lewis. Nada funcionó,» admitió.
Mientras que su compañero de equipo Max Verstappen ha asumido casi en solitario las esperanzas de título del equipo, la forma titubeante de Pérez ha puesto en peligro su futuro. Los rumores circulan mientras contendientes como Lawson y otros miran el asiento de Pérez para 2025, y con solo tres carreras restantes esta temporada, el piloto mexicano está bajo presión para entregar resultados que cambien el juego y asegurar su lugar. Para Pérez, Las Vegas, Qatar y Abu Dhabi pueden tener el veredicto final.