¡Desastre en Stellantis! En una revelación impactante, Stellantis ha reportado una caída catastrófica del 20% en los envíos para el tercer trimestre de 2024, enviando ondas de choque a través de la industria automotriz. El conglomerado, hogar de algunos de los nombres más grandes en el mundo del automóvil—Jeep, Ram, Dodge y Chrysler—está viendo cómo su imperio se desmorona mientras las ventas caen en picada en casi todas las marcas.
En el último trimestre, Stellantis envió solo 305,294 vehículos, una caída significativa respecto a las cifras del año pasado. ¿La parte más sorprendente? Incluso su marca poderosa, Jeep, conocida por su fiabilidad robusta, no pudo escapar de la carnicería. Las ventas de Jeep cayeron un 6% a 144,963 unidades en el tercer trimestre, marcando un 8% de declive general para el año. Pero Jeep no está sola en sus luchas. Las icónicas camionetas de Ram se desplomaron un 19% en el tercer trimestre, con las ventas acumuladas del año cayendo un asombroso 24% a solo 309,718 unidades.
Incluso Chrysler, una vez un titán en la industria, se ha reducido a un solo modelo—la minivan Pacifica—ya que la desaparición del 300C dejó a la marca en ruinas. Las ventas de Chrysler cayeron un asombroso 47%, lo que plantea serias preocupaciones sobre el futuro de la marca. ¿Y Dodge? Vendió un Dart, sí—un solo Dart—pero en general, la demanda de Dodge se desplomó un 43% en el tercer trimestre.
Alfa Romeo, a pesar de añadir el nuevo Tonale a su gama, también se encuentra en graves problemas, viendo sus ventas caer en picada un 29% este trimestre. En general, Stellantis ha caído por debajo de la marca de un millón de unidades para el año en EE. UU., una posición casi impensable para uno de los mayores fabricantes de automóviles del mundo.
«Caos Creciente Detrás de las Escenas»
Este estado alarmante de las cosas no ha pasado desapercibido para el Consejo Nacional de Concesionarios de Stellantis en EE. UU., que envió una carta contundente al CEO Carlos Tavares, acusándolo de presidir la “rápida degradación” de la empresa. La carta fue directa, afirmando que la cuota de mercado había sido “cortada casi a la mitad”, las plantas estaban cerrando, los ejecutivos clave estaban huyendo y los despidos eran rampantes.
“Su propia red de distribución, su cuerpo de concesionarios, ha quedado en un estado anémico y disminuido,” criticó la carta, señalando directamente a Tavares por el colapso de la empresa. Las demandas de inversores, proveedores y huelgas de empleados se están acumulando, pintando un panorama sombrío para el futuro del fabricante de automóviles.
«Una Empresa en Crisis»
Stellantis admitió recientemente que tiene demasiados coches sin vender parados en EE. UU. y tiene como objetivo reducir ese stock a 330,000 vehículos para fin de año. Esto ocurre tras el reconocimiento del CEO Tavares de un problema de calidad que afecta a la empresa, especialmente con los camiones Ram, muchos de los cuales necesitan reparaciones justo después de salir de la línea de ensamblaje.
A medida que la empresa se desmorona, los rumores sobre el futuro de Tavares circulan. Mientras el presidente de Stellantis, John Elkann, ha confirmado que se está buscando un reemplazo, fuentes internas afirman que Tavares se quedará hasta 2026—o posiblemente incluso más tiempo, a pesar de la crisis que envuelve su gestión.
Con ventas en caída, coches sin vender acumulándose y demandas en aumento, Stellantis se encuentra en aguas desconocidas. ¿Puede la empresa capear la tormenta y hacer un regreso, o sus días de gloria se desvanecen en la historia? Solo el tiempo dirá si Stellantis puede realizar un milagro para evitar un mayor declive.