En una escalada dramática, Israel lanzó un ataque aéreo de alto riesgo contra Irán en la madrugada del sábado, marcando su ofensiva más grande contra la nación en décadas. La operación, que involucró más de 100 aeronaves, incluidos cazas sigilosos F-35I, tuvo como objetivo las instalaciones de producción de drones y misiles iraníes en Teherán, Ilam y Juzestán. Las fuerzas israelíes aparentemente emplearon guerra electrónica avanzada para deshabilitar las defensas de Irán, permitiendo que municiones no tripuladas y guiadas penetraran en objetivos estratégicos con un riesgo limitado.
Aunque las defensas aéreas de Irán interceptaron algunos ataques, la efectividad y escala de la operación subrayan la destreza militar de Israel en tácticas de precisión. Irán, por su parte, ha intentado minimizar los daños, manteniendo que solo se vieron afectados sitios limitados.
𝐈𝐬𝐫𝐚𝐞𝐥 𝐑𝐞𝐭𝐚𝐥𝐢𝐚𝐭𝐞𝐬 – Los ataques precisos contra objetivos militares han comenzado en Irán #FreeIran pic.twitter.com/fp4NHmYZ1W
— Quantum Flux (@QuantumFlux36) 25 de octubre de 2024
Este asalto histórico se desarrolla en un contexto de tensiones regionales en aumento, lo que plantea repercusiones significativas para ambas naciones y potencialmente podría cambiar la dinámica de poder en Oriente Medio.