En una escalada dramática que ha enviado ondas de choque a través del Medio Oriente, Israel lanzó una serie de ataques selectivos contra instalaciones militares iraníes, despertando temores de una posible Tercera Guerra Mundial. Explosiones iluminaron los cielos sobre Teherán en las primeras horas del sábado, seguidas de informes de explosiones en Irak y Siria, mientras las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) atacaban múltiples sitios iraníes. La represalia se produce tras el propio asalto impactante de Irán el 1 de octubre, cuando alrededor de 200 misiles balísticos tuvieron como objetivo a Israel en un ataque directo y sin precedentes.
Las FDI describieron la misión como “ataques precisos” contra instalaciones iraníes vinculadas a la fabricación de misiles y sistemas de defensa aérea. Funcionarios israelíes afirman que los ataques eran esenciales para contrarrestar “ataques continuos del régimen en Irán,” con el objetivo de incapacitar la capacidad de Irán para lanzar más ofensivas. Según informes del New York Times, la operación abarcó aproximadamente 20 sitios iraníes, todos los cuales fueron identificados como críticos para la infraestructura de misiles de Irán.
En una declaración ominosa, el vicealmirante de las FDI, Daniel Hagari, advirtió a Teherán contra la represalia, diciendo: “Todos aquellos que amenacen al estado de Israel… pagarán un alto precio.” Las FDI declararon la misión completa en la madrugada del sábado, confirmando que todos los aviones habían regresado sanos y salvos.
Sumándose al caos, surgieron informes de explosiones en las provincias de Diyala y Salah al-Din en Irak y en partes de Damasco, Siria, aumentando los temores de una escalada a nivel regional. Fuentes de medios libaneses afirmaron que las explosiones estaban conectadas a la respuesta más amplia de Israel, con el objetivo de interrumpir las fuerzas iraníes y aliadas en múltiples frentes. Las repercusiones de los ataques han llevado a un escalofriante silencio por parte de los funcionarios iraníes, quienes calificaron el asalto de Israel como “provocador” pero insinuaron que vendrían más respuestas.
El momento de estos ataques ha elevado las apuestas en un teatro de operaciones ya frágil en Oriente Medio. El ataque de Irán del 1 de octubre, que causó daños significativos en la base aérea Nevatim de Israel, marcó el segundo ataque directo iraní contra Israel en seis meses. Teherán justificó la agresión, citando el reciente objetivo de Israel sobre el comandante del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Iraní (CGRI), el brigadier general Abbas Nilforoushan, y el líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, en Líbano.
A medida que las tensiones alcanzan un punto de ebullición, los líderes regionales y los observadores internacionales están en alerta máxima, preparándose para la posibilidad de más represalias por parte de Irán o sus aliados. Con el temor de un conflicto de Oriente Medio a gran escala en aumento, las potencias globales están llamando ahora a una desescalada inmediata. El mundo observa de cerca, con apuestas tan altas como no se habían visto en décadas.