Donald Trump enfrentó una tercera aparente amenaza de asesinato en su mitin de Coachella, donde el residente de Las Vegas, Vem Miller, fue arrestado con una escopeta, una pistola y múltiples identificaciones falsas. Miller, de 49 años, intentó ingresar al mitin, afirmando ser un periodista, cuando los agentes del sheriff del condado de Riverside sospecharon de su SUV no registrado con placas “hechas en casa”. Dentro, encontraron armas, múltiples pasaportes y licencias de conducir a nombre de diferentes personas.
El sheriff del condado de Riverside, Chad Bianco, quien calificó a Miller de “lunático”, afirmó que su equipo «probablemente evitó» un intento de asesinato. Bianco sospecha que Miller puede estar asociado con los “Ciudadanos Soberanos”, un grupo que rechaza la autoridad legal. Sin embargo, tanto el Servicio Secreto como el FBI están supuestamente escépticos de que Miller tuviera la intención de hacerle daño a Trump, y no lo están investigando como un intento de asesinato.
Después de pagar la fianza, Miller se defendió, desestimando las acusaciones como “completo b******t” y afirmando: “Soy un artista… la última persona que causaría cualquier violencia.” La amiga y colega de Miller, la documentalista de derecha Mindy Robinson, argumentó que Miller estaba siendo injustamente atacado, afirmando que “nunca tendría la intención de matar a Trump” y que era un ferviente defensor que estaba trabajando en un documental anti-“Estado Profundo”.
Este susto se suma a las crecientes preocupaciones de seguridad en torno a los mítines de Trump, donde los oradores ahora se colocan detrás de vidrio a prueba de balas tras dos intentos previos alegados contra su vida a principios de este año.