La tecnología de las baterías ofrece muchos beneficios ambientales y también algunos desafíos, especialmente en casos de accidentes donde se producen focos de incendio.
En los vehículos modernos, después de una colisión, el sistema de seguridad pasiva corta la energía y el sistema eléctrico queda aislado, pero cuando ocurren incendios en las baterías, la situación se complica. En la batería se produce un fenómeno llamado «descontrol térmico», con pequeñas explosiones que ocurren en intervalos de segundos y que se propagan de una celda a otra.
Los expertos defienden que el agente extintor a utilizar es agua en abundancia (o agua con emulsionante A3F al 3%). Pero, ¿qué se entiende por abundancia? ¡Es mucha agua!
En el caso del incidente que ocurrió la noche del 25 de diciembre, que involucró a un Tesla Model Y, los bomberos necesitaron más de 136.000 litros de agua para apagar las llamas.
Todo sucedió en Carolina del Norte, Estados Unidos, con la brutalidad que las imágenes en el siguiente video documentan. Por suerte, nadie resultó herido.
Las autoridades sospechan que el fuego pudo haber sido provocado por una «fuga térmica» en la batería, y advierten sobre la posibilidad de que pueda «reavivarse horas o días después de ser apagado por primera vez».
El jefe del cuerpo de bomberos destacado en el lugar también explicó que además del peligro del fuego, «el humo de estos autos eléctricos en llamas produce gases de fluoruro de hidrógeno y cloruro de hidrógeno, que son tóxicos y requieren que los bomberos usen equipos de respiración».
Incluso en la cadena de televisión WSFA, el jefe de bomberos Austin Worcester explicó que un incendio en un automóvil convencional con motor de combustión requiere entre 1100 y 3800 litros de agua para ser apagado. Un automóvil eléctrico requiere fácilmente 40 veces más, según ese agente.