Estados Unidos y Europa están unidos en su indignación por las recientes elecciones parlamentarias de Georgia, que argumentan no cumplieron con los estándares democráticos. El presidente de EE. UU., Joe Biden, se unió a líderes mundiales para condenar la votación, empañada por la violencia, acusaciones de fraude y la controvertida ley de “agentes extranjeros”, que los críticos dicen está diseñada para silenciar las voces de la oposición. En una poderosa reprimenda, la presidenta georgiana Salome Zourabichvili calificó la elección como una “operación especial rusa”, pidiendo una repetición completa para restaurar la integridad democrática.
Las elecciones del 26 de octubre vieron al partido gobernante de Georgia, el Sueño Georgiano, reclamar la victoria con el 54 por ciento de los votos, un resultado muy disputado por los líderes de la oposición. Biden expresó una “profunda alarma” sobre la conducta de las elecciones, instando al gobierno georgiano a derogar la ley de “agentes extranjeros”, que refleja políticas similares en Rusia destinadas a suprimir la disidencia. Biden criticó las elecciones por no cumplir con los estándares de “libres y justas”, destacando la erosión de las normas democráticas en el país. “Esto no es lo que parece la democracia”, dijo Biden, enfatizando la necesidad de un “diálogo inclusivo” en Georgia para reconstruir la confianza pública.
Zourabichvili llama a la protesta nacional, Medvedev amenaza con arrestos
La dura denuncia de la presidenta Zourabichvili sobre el resultado electoral ha encendido una tormenta en Georgia, con la presidenta movilizando a los ciudadanos para protestar lo que ella llamó una manipulación flagrante orquestada para favorecer al partido gobernante. «Esta elección tiene las huellas dactilares de una operación al estilo ruso,» declaró Zourabichvili, señalando la compra de votos y tácticas de intimidación que los críticos dicen se han vuelto cada vez más comunes.
Moscú reaccionó rápidamente a las declaraciones de Zourabichvili, con el ex presidente ruso Dmitry Medvedev, ahora vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, calificando sus comentarios de “incitación a un golpe.” Medvedev además exigió el arresto de Zourabichvili, aumentando la tensión en una situación ya volátil. El dramático choque resalta la profunda división política en Georgia, con las fuerzas de oposición pidiendo nuevas elecciones mientras el partido gobernante Sueño Georgiano continúa manteniendo su posición.
La Unión Europea se Une a Biden en la Condena de Violaciones Electorales
Las elecciones de Georgia han provocado la condena de figuras clave en toda Europa. Los líderes de la Unión Europea hicieron eco del llamado de Biden por transparencia, enfatizando la necesidad de una investigación exhaustiva. La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que monitoreó las elecciones, reportó serias preocupaciones, citando casos de compra de votos, legislación restrictiva e irregularidades en la campaña. Suecia llegó al extremo de suspender la cooperación con las autoridades georgianas, citando el retroceso democrático del gobierno como incompatible con los valores europeos.
La controvertida ley de “agentes extranjeros”, promulgada por el gobierno del Sueño Georgiano a principios de este año, ha recibido críticas generalizadas tanto de grupos nacionales como internacionales. Reflejando tácticas rusas, la ley obliga a las organizaciones que reciben financiación extranjera a registrarse como “agentes extranjeros,” una etiqueta que a menudo se utiliza para estigmatizar y suprimir la oposición. La administración de Biden ha sido particularmente vocal en su oposición a la ley, advirtiendo que amenaza los mismos fundamentos de la democracia georgiana.
Aislamiento Creciente para Georgia en Medio de un Escepticismo Generalizado
La elección disputada y la represión del gobierno sobre la sociedad civil han puesto a Georgia en un camino hacia el aislamiento internacional. Solo un puñado de países —incluyendo Azerbaiyán, Armenia, Turquía, China y Hungría— han reconocido los resultados electorales, subrayando aún más la creciente división entre Georgia y sus aliados occidentales. La percepción de que el Sueño Georgiano está alineado con la agenda de Moscú ha profundizado las preocupaciones entre los miembros de la UE y la OTAN, algunos de los cuales han cuestionado la viabilidad del camino de Georgia hacia la integración europea.
En respuesta a la creciente presión, el Comité Central de Elecciones de Georgia ha solicitado que la oficina del fiscal del país investigue las afirmaciones de fraude electoral. Sin embargo, los críticos argumentan que estos movimientos son meros gestos para apaciguar a las potencias occidentales en lugar de intentos genuinos de mantener principios democráticos.
¿Qué sigue para el futuro democrático de Georgia?
Con la presión global aumentando, Georgia se enfrenta a un momento crítico. ¿Atenderá el gobierno los llamados de EE. UU. y la UE para abordar las irregularidades electorales y restaurar los procesos democráticos, o continuará por un camino de creciente alineación con tácticas autoritarias? La pregunta es significativa a medida que las protestas ganan impulso y las voces internacionales se vuelven más fuertes. El resultado podría determinar no solo el futuro de la democracia en Georgia, sino también la relación del país con sus aliados occidentales.
Las fuentes de este artículo incluyen declaraciones del presidente de EE. UU., Joe Biden, la presidenta de Georgia, Salome Zourabichvili, y observaciones electorales de la OSCE.