Max Verstappen logró asegurar una impresionante salida en la primera fila para el GP de Ciudad de México a pesar de un fin de semana desafiante marcado por problemas de motor y tiempo limitado en pista. El Red Bull del neerlandés enfrentó problemas mecánicos desde el principio, restringiéndolo a solo 18 vueltas durante las sesiones de práctica del viernes. Esta falta de datos dejó a Verstappen incierto sobre la competitividad de su coche, pero se destacó en la clasificación para superar a su rival por el título, Lando Norris, y conseguir el P2 en la parrilla, justo detrás del Carlos Sainz de Ferrari.
“Hice cuatro vueltas [en la práctica],” explicó Verstappen, describiendo el viernes como “una pérdida total, sin información.” Al llegar a FP3, se esforzó por recopilar tantos datos como fuera posible, haciendo ajustes cruciales que le permitieron sentirse un poco más confiado en su RB20. “Pero estar en la primera fila es un resultado increíble para nosotros,” admitió, reconociendo que el enfoque calmado del equipo frente a la adversidad fue clave para su recuperación.
La sólida sesión de clasificación de Verstappen no estuvo exenta de desafíos. Su primera vuelta en Q3 fue eliminada tras un pequeño error en la Curva 2, lo que lo obligó a ser más cauteloso en su última vuelta. “Probablemente fui un poco más cuidadoso en la Curva 2 y 3… pero al menos la vuelta contó,” explicó.
A pesar de su sólida posición en la parrilla, Verstappen se mantiene cauteloso sobre el día de la carrera, señalando la imprevisibilidad del ritmo a largo plazo de Red Bull debido a su tiempo limitado de práctica. “No espero milagros,” admitió. “Ferrari fue realmente, realmente rápido en Austin… Supongo que lo descubriremos mañana.” Con una ventaja de 55 puntos en el campeonato, el enfoque de Verstappen está en una carrera tranquila, donde estará observando atentamente cómo se comporta su coche durante las largas tandas en las únicas condiciones de pista de México.